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¿”A santo de qué” tanto pozo de san Patricio en Irlanda?

En el Tochar Phadraig, la peregrinación al monte de san Patricio, encontramos al menos dos de los famosos pozos de San Patriciomanantiales o fuentes de agua artificiales, consideradas sagradas, y asociadas a la vida del santo patrono de Irlanda. Uno de estos pozos está junto a la famosa abadía de Ballintubber, y otro en las inmediaciones de la antigua abadía de Aughagower. Pero hay otro en Clonmel (Tipperary), otro en Dromard, y otro en Aughris. Y otro más en Ballyshannon. Y otro en Belcoo…

En Dublín hay por lo menos seis “pozos santos” dedicados a Patricio. Uno de ellos, curiosamente, está junto al Trinity College. Jonathan Swift, el famoso autor de los Viajes de Gulliver, le dedicó unas líneas en las que decía que los estudiantes de la época, a fuerza de beber alcohol, habían hartado a San Patricio, haciendo que el pozo finalmente se secara.

Pero no solo san Patricio tiene sus pozos: También san Fursey, santa Brígida de Kildare, san Eoin, san Declan –todos ellos, santos irlandeses de la Alta Edad Media. Todos estos pozos están relacionados con milagros, conversiones y curaciones. Se estima que en el país hay, en total, cerca de unos tres mil.

St Patrick's well
“Cerca de aquí está el lugar del pozo donde San Patricio bautizó a muchos de los habitantes locales en el siglo V”

Pero ¿por qué tanto pozo?

Los historiadores que estudian la Irlanda medieval están convencidos de que los pozos tenían un lugar importante en la cultura celta. Eran lugares en los que lo divino se comunicaba con lo terreno, y la gente visitaba estos pozos buscando tanto poder como sabiduría. Los irlandeses de la antigüedad y de la temprana Edad Media acudían a ellos a curar sus males físicos y espirituales.

Cuando aún era apenas un niño, San Patricio fue raptado por piratas y esclavizado en la Irlanda pre-cristiana del siglo V. Logró escapar y volvió a su casa en Britania, la Inglaterra romana. Volvió a Irlanda ya de adulto, como sacerdote y misionero, para predicar en la isla. Su éxito seguramente se debe a que conocía perfectamente la religión y las costumbres celtas, y supo asociarlas con el mensaje cristiano.

Así, los pozos siguieron siendo meta de peregrinación, pero esta vez para ser usados como piscinas bautismales y lugares de instrucción cristiana. Junto a ellos se construyeron abadías e iglesias, y más posteriormente se incorporaron las estaciones del Via Crucis. Desde entonces, es tradicional acudir a un pozo santo en el día de San Patricio.

Una visita al purgatorio

El más famoso de estos pozos es el de Donegal, en la isla Station, en medio del lago Derg. Se trata del pozo del Purgatorio de San Patricio. El lugar ha sido, desde la Edad Media, el escenario y la meta de un itinerario considerado el más exigente (físicamente hablando) de todos los peregrinajes.

St Patrick's purgatory
Peregrinos llegando a remo a la isla de Station, en Lough Derg, condado de Donegal, Irlanda.

En el siglo XII, un monje cisterciense inglés llamado Henry de Saltrey escribió su Tratado sobre el Purgatorio de San Patricio, un manuscrito en latín que recoge una singular leyenda.

El texto dice que san Patricio se retiró a esta isla al poco tiempo de haber comenzado su misión en Irlanda, frustrado porque no lograba que su mensaje fuera aceptado por los paganos. Allí, le pidió a Dios que le mostrara qué hacer. La historia cuenta que Jesús mismo le tomó de la mano, le hizo entrar en una cueva, y allí le mostró un pozo vertical por el que se podía entrar al mismísimo Purgatorio. Hablar de pozos y del Más Allá era la clave para evangelizar a los celtas.

Probablemente en el mismo siglo V, uno de los discípulos de Patricio (el también santo irlandés Dabheog) fundó un monasterio en la isla, en el lugar en el que Patricio habría tenido la visión. La cueva fue clausurada en 1632, cuando los ingleses protestantes dominaron Irlanda, disolvieron las órdenes religiosas y prohibieron las peregrinaciones. A pesar de todo, han llegado hasta la actualidad los testimonios y descripciones de muchos peregrinos de entonces.

De hecho, la prohibición de acceder a la isla llevó a muchos fieles a hacer sus devociones desde la orilla del lago. Hoy, un bello recorrido de 12 kilómetros cubre esta ruta: es la alternativa al viaje a la isla cuando las inclemencias del tiempo no permiten la navegación.

Actualmente, el monasterio es un centro de retiro espiritual gestionado por la diócesis de Clogher, y recibe unos 11.000 visitantes al año. La ruta por la orilla del lago está perfectamente descrita por John O.Dwyer en su guía de viaje Pilgrim Paths of Ireland.

Entrada también disponible en: English Italiano

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