Esta fuente no es en absoluto la típica fuente de agua. En cambio, distribuye vino gratis a los viajeros cansados que se dirigen a la ciudad santa de Compostela.
Los antiguos griegos infusionaban vino blanco con ajenjo ya alrededor del año 400 a. C., como remedio para los dolores de estómago y para combatir los parásitos intestinales.