Skip to content Skip to sidebar Skip to footer

¿Hay un “Santo Grial” en el Camino de Santiago?

O Cebreiro es una parroquia de la montaña en Lugo (España) con apenas un centenar de habitantes. Sin embargo, hubo un momento en la historia en que este lugar se hizo famoso por un increíble y milagroso acontecimiento en una tempestuosa y desapacible noche de invierno de principios del siglo XIV.

Esa noche, uno de los frailes celebraba misa sin pueblo, pues ¿quién se atrevería a cruzar la nieve y afrontar el viento? Y he aquí que oh, sorpresa, se abre la puerta y aparece un lugareño a quien la tradición llama Juan Sentín, probablemente lleno de barro y con una presencia poco agradable a la vista.

O Cebreiro
Vista actual de O Cebreiro

El fraile dirige unas palabras llenas de desprecio hacia la devoción del rústico pero entregado Juan, y a su imprudente viaje para ver “un trozo de pan y vino”. Pero, según la leyenda, en el momento de la consagración, aparecen milagrosamente sangre y carne reales en el cáliz y la patena del sacerdote. 

Conocemos el hecho oficialmente gracias al fraile carmelita Antonio de Yepes (s. XVI), en su Crónica General de la Orden de San Benito. Pero la leyenda es anterior, y seguramente corrió como la pólvora entre los peregrinos que iban a Santiago. Pues O Cebreiro es el primer núcleo espiritual que se encuentran quienes llegan por el Camino Francés, y ya desde el siglo IX contaba con un hospital de peregrinos.

En 1486, los mismos Reyes Católicos hicieron parada en O Cebreiro cuando peregrinaban a Santiago de Compostela, y concedieron regalos y privilegios a este lugar. También dice alguna leyenda que la Reina Isabel quiso llevarse el cáliz y la patena con su milagroso contenido, pero que los caballos de su comitiva se negaron a ponerse en marcha.

Todo esto cayó en el olvido durante siglos, conforme la Reforma y las guerras de religión hicieron languidecer y casi desaparecer las peregrinaciones a Compostela. Hasta que en 1957 llegó a la aldea un nuevo párroco, Elías Valiña, que era muy consciente de lo que O Cebreiro y su milagro y el mismo Camino de Santiago significaban, y decidió consagrar su vida a promoverlos.

 

Elías Valiña, el hombre de la flecha amarilla

Pero ¿es el verdadero Grial?

La tradición llama Grial (palabra de origen occitano) al cáliz o copa que Jesús debió usar en la Última Cena, y que fue puesta a salvo antes de la destrucción de Jerusalén en el año 70 d.C. Para ser precisos, el nombre procede de la obra de Chrétien de Troyes, en la que el juglar francés recopila leyendas medievales sobre la búsqueda de esa reliquia legendaria.

Hay varios “griales” que reclaman ser el auténtico, aunque el que tiene las credenciales más sólidas es el Santo Cáliz custodiado en la ciudad española de Valencia, que incluso tiene su propio camino de peregrinación.

 

En busca de un Grial que nunca estuvo perdido

 

Curiosamente, aunque el nombre despiste, el Grial de O Cebreiro nunca pretendió ser el preciado Cáliz de Cristo, pues el milagro consistió en la transubstanciación del pan y del vino. La copa y la patena que se veneran en Galicia están datados por los expertos en el siglo XII, y su factura es claramente medieval.

El medievalista americano Matthew Kuefler, de la San Diego University, explica en su ensayo Cómo el Santo Grial acabó en O Cebreiro (2012) que se trata de una confusión lingüística en torno a San Guiral, o san Geraldo de Aurillac, santo patrono del hospital de peregrinos que Alfonso VI de León concedió en gestión a los monjes benedictinos.

No obstante, es evidente que las leyendas sobre la búsqueda del santo Grial encontraron terreno abonado entre los peregrinos europeos medievales. El ciclo artúrico, comenzado por Chrétien de Troyes y seguido por los trovadores Robert de Boron (inglés) y Wolfram von Eschenbach (alemán) se difundió generosamente por toda la Cristiandad. 

Entrada también disponible en: English Italiano

Deje un comentario