La “Ruta de la Música” es un recorrido turístico y espiritual inédito impulsado por los franciscanos en Bolivia. Este Camino explora el legado de los jesuitas y franciscanos que evangelizaron a dos pueblos originarios, los Guarayos y los Chiquitos, franqueando las barreras naturales del lenguaje a través de la música.
Prácticamente en cada pueblo, incluso aquellos que están en medio de la selva, hay una escuela de música. Pero entre todas ellas destaca la de Urubichá, con su Instituto de Formación Artística “Coro y Orquesta Urubichá” que cuenta con 700 alumnos inscritos y 130 egresados, quienes se desempeñan como profesores de música en varios lugares del Oriente boliviano.
La trayectoria musical de la orquesta es significativa, lo que le ha valido el título de auténtica embajadora cultural de la música ante el mundo. Ha actuado no solo en Bolivia sino también en Francia, Alemania, Italia, España, Polonia, Noruega, Venezuela, Colombia, Perú, Brasil, Chile y Argentina. La orquesta ha sido galardonada con los premios Bartolomé de las Casas y Hans Roth, entre tantos otros.
Misiones en territorio Guarayo
Para conocer esta singular ruta, el mejor punto de partida es la ciudad de Santa Cruz de la Sierra. Desde allí, el peregrino puede dirigirse hacia Ascensión de Guarayos a través de algún medio de transporte como bus o micro: hay que cubrir 300 kilómetros de distancia. Desde allí, inicia un camino que mucho tiene que ver con la historia del continente, contada a través de las misiones franciscanas de Guarayos y de Chiquitos.
Como con cualquier otro camino, los peregrinos que quieran descubrir la Ruta de la Música deben llevar ropa cómoda y asegurarse de llevar consigo lo esencial –sobre todo, agua. Pero, además, es preciso tener una buena hoja de ruta.
Los pueblos que comprenden las Misiones de Guarayos son: Ascensión de Guarayos, Yaguarú, Urubichá, Yotaú, San Pablo y Salvatierra. Los peregrinos pueden acceder a estas misiones de distintas maneras: en bus, micro y hasta a pie. Las distancias que separan una misión de la otra oscilan entre los 20 y 40 kilómetros aproximadamente.
El legado de los jesuitas
El camino continúa a través de las viejas misiones jesuíticas en territorio Chiquito. Los franciscanos, a principios del siglo XX, asumieron el cuidado de las misiones abandonadas en el siglo anterior. Así, contribuyeron a la reconstrucción de sus templos, lo mismo que a preservar el inmenso patrimonio musical barroco conservado en estas iglesias, emprendiendo la reconstrucción de los templos misionales de San Rafael, San Miguel, Concepción, San Javier y San José de Chiquitos.
Estas iglesias, designadas colectivamente como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1990, son hoy un orgullo para Bolivia, convirtiéndose en uno de los principales destinos turísticos de América del Sur.
A pesar de no contar con el reconocimiento de Patrimonio de la Humanidad, la Misión de Santiago de Chiquitos es igualmente impresionante. Es el lugar perfecto para concluir la Ruta de la Música.
¿Cómo hacer la ruta?
La Ruta de la Música no tiene un comienzo y un final definidos. El peregrino puede diseñar su propio itinerario, teniendo en cuenta que muchos de los trayectos no pueden hacerse a pie debido a las enormes distancias: América del Sur es un continente inmenso.
Los recorridos pueden diseñarse de muchas diferentes maneras. Por ejemplo, desde Ascensión se puede ir primero a Yaguarú, y luego a Urubichá. Posteriormente, se hace un camino de ida y vuelta a Salvatierra, y desde Urubichá retornamos hasta Ascensión. Dentro de este perímetro se encuentran además las misiones de San Miguel, Santa Ana y San Rafael. Estas misiones están muy cerca la una de la otra, y se pueden incluir ruta si así se desea.
Del mismo modo, los peregrinos que recorren la Ruta de la Música pueden comenzar con las misiones en Chiquitos y terminar en Guarayos. En este caso, lo mejor es empezar con San José de Chiquitos hasta llegar a San Ramón. Una vez allí, el trayecto en bus hasta los Guarayos llevará al peregrino a la segunda mitad de su viaje.
